“Asumimos el compromiso de mantener el funcionamiento de la Universidad y resguardar el empleo de todos los trabajadores”
Recientemente se presentó, ante la Asamblea Universitaria, el informe Situación y Perspectivas de la Economía PUCP. En ese marco, el Dr. Domingo González, vicerrector administrativo, nos da mayores alcances sobre las acciones realizadas por la Universidad durante la pandemia y sobre los enormes desafíos económicos que se vienen en este 2021.
¿Cuál era la situación financiera de la Universidad en el 2020 en un contexto de pandemia?
Al inicio de la pandemia se realizó un análisis de escenarios presupuestales que indicaban una importante reducción de los ingresos. También se realizó una proyección del flujo de caja de la Universidad y las cifras indicaban que acabaríamos en negativo a fines del 2020. Eso, en términos operacionales de una organización, significa que la PUCP hubiera quebrado si no tomábamos medidas, pues al final de año se confirmó la reducción total de ingresos que llegó a niveles del 2015, es decir, un retroceso de cinco años.
Teníamos obligaciones de pago por préstamos para inversiones, el cierre parcial del Centro Comercial Plaza San Miguel, el aumento de la morosidad en el pago de las cuotas académicas, una reducción drástica de ingresos en formación continua y, en general, en todas las actividades de la Universidad. Teníamos un alto costo laboral fijo porque asumimos el compromiso de mantener el funcionamiento de la PUCP y resguardar el empleo de todos sus trabajadores. Además, hubo un impacto económico sobre los estudiantes y sus familias, y aparecieron demandas por gastos e inversiones necesarias para la enseñanza virtual y el trabajo remoto.
Actualmente, ¿cuál es la situación económica de la Universidad?
El ingreso nominal se redujo de S/ 936 millones (2019) a S/ 792 millones (2020) es decir, cerca del 15%. Pero, con un conjunto de medidas que implicaron el esfuerzo de toda la comunidad, hemos podido reducir los costos en una proporción similar. Parecía difícil, pero lo logramos, y, de esa manera, tenemos una situación que nos permite afrontar estos inciertos primeros meses del 2021 con cierta tranquilidad, pero con mucha cautela. Se logró, pero con mucho sacrificio. Por un momento, la Universidad se detuvo solo para mantener lo esencial, que es el dictado de clases.
A pesar de la crisis que estamos atravesando, los estados financieros del 2020 se ven positivos. Esto no significa que a la PUCP le sobre el dinero, sino que se han contenido gastos e inversiones a través de recortes presupuestales y se ha realizado un importante refinanciamiento de la deuda institucional. Por otro lado, los ingresos más importantes de la Universidad, producto de la enseñanza en todos los niveles, cayeron significativamente el primer semestre del año pasado y se recuperaron un poco el segundo semestre del 2020, sin llegar a lo previsto antes de la pandemia.
Ante la incertidumbre actual, la Universidad protege su economía de varias maneras: debemos tener una mayor liquidez que lo normal para los pagos, debemos mantenernos como una entidad solvente que puede acceder a crédito, nuestro fondo patrimonial en construcción nos permitiría cubrir emergencias de corto plazo, y, finalmente, tenemos el seguro ante daños a la infraestructura. Estos son como anillos de protección de la economía de la PUCP de corto y mediano plazo.
¿Qué medidas se tuvieron que implementar para lograrlo?
Tuvimos que reprogramar deudas para no pagarlas en un año tan difícil. Además, pedimos un préstamo de Reactiva Perú que fue dirigido íntegramente al Fondo de Contingencia para estudiantes, y para ayudar en reclasificaciones, becas y financiamiento. También tuvimos que hacer importantes recortes presupuestales, ajustes de remuneraciones y eliminar las remuneraciones adicionales eventuales para el 2020. Hubo una reducción importante de los servicios prestados por terceros y en las adquisiciones. La inversión programada se detuvo -salvo proyectos que estaban por terminar- y, por otro lado, tuvimos que hacer importantes inversiones para garantizar el funcionamiento de la Universidad a distancia y mantener la calidad de la formación que brindamos: en tecnologías de la información (TIC) y en el Fondo Conectividad para estudiantes, docentes y trabajadores. Adicionalmente, congelamos el valor del crédito académico.
La comunidad PUCP ayudó solidariamente con un ajuste salarial temporal que, junto con las otras medidas, nos permite afrontar este primer semestre del 2021, un año que también es crítico, y que tiene mucha incertidumbre por la emergencia sanitaria, la crisis económica y el ambiente político electoral. Una organización no puede afrontar esos momentos de incertidumbre si no tiene un respaldo económico y capacidades institucionales para enfrentar estos desafíos. Y el 2020 se probó que ese respaldo era necesario y que el rol que desempeñó cada miembro de la comunidad universitaria fue determinante. Los ahorros obtenidos el 2020 ayudarán a la Universidad a transitar el 2021, al igual que lo ocurrido el año pasado.
En medio de la pandemia, ¿qué medidas tomó la PUCP en lo relacionado con los trabajadores?
La meta fue garantizar el empleo de los trabajadores (tanto administrativos como docentes). En otras instituciones ha habido cierre de puestos de trabajo o suspensión perfecta, pero no en la PUCP. Nosotros no hemos dejado de pagar puntualmente la planilla, ni la CTS ni ninguno de los beneficios que la ley otorga. Ha sido un gran esfuerzo poder hacerlo.
Por otro lado, sin ser una obligación de la Universidad, los primeros meses, y con el fin de ayudar en medio del estado de emergencia, mantuvimos los contratos con algunos servicios a terceros como los de limpieza, que son los más vulnerables. Recién cuando vimos que era insostenible y que esta situación se iba a prolongar, tuvimos que hacer un recorte. Después se fueron reincorporando gradualmente en la medida en que el campus ha ido retomando sus actividades de limpieza y mantenimiento.
¿Qué acciones ha implementado la PUCP a través del Fondo de Bienestar?
En el 2020, multiplicamos por cuatro el Fondo de Bienestar que maneja la Universidad para apoyar a los trabajadores. Esto ha permitido ampliar la atención a través de Vigilancia Médica, se compraron concentradores y se ha podido prestar balones de oxígeno desde el inicio de la pandemia; recientemente, se ha inaugurado una planta de oxígeno en el campus para ayudar a la comunidad. Además, a través de la negociación colectiva que la PUCP mantiene con el Sindicato desde hace muchos años, se pudo ampliar el Fondo para el Bienestar de los trabajadores que este administra. Hacemos todos los esfuerzos posibles para apoyar a la comunidad.
¿Cuál es la estrategia presupuestal de la Universidad para este 2021?
El rector formó un conjunto de comisiones para afrontar la pandemia y la pospandemia, entre ellas la Comisión de Reforma Económica, que definió cuál sería el modelo económico de la PUCP que nos permitiría atravesar esta crisis que va a durar varios años. Este modelo ya implementado para el 2021 supone la conformación de subsistemas presupuestales para facilitar la toma de decisiones en materia de gastos, inversiones y asignación presupuestal. En particular, como parte de las medidas para el año 2021, se han reducido los presupuestos con respecto al 2020, pero no a todas las unidades por igual. En ese sentido, se ha realizado un trabajo de identificación más prolija de necesidades de cada unidad. Otra medida tomada es la conformación de un presupuesto en cascada que, en vez de asignar el presupuesto para todo el año desde el inicio, se asigna para los primeros meses y, conforme evolucione la situación económica de la Universidad y del país, se podrán realizar ampliaciones.
Negociaciones con el Sindicato PUCP
Actualmente, la Universidad se encuentra en una negociación colectiva con el Sindicato de Trabajadores PUCP, pendiente del año 2020. En esta, la PUCP ha propuesto mantener todos los beneficios anteriores y aumentar el Fondo de Bienestar. En el contexto de pandemia, incertidumbre y de ingresos aún reducidos, es muy difícil sostener un aumento salarial. El objetivo sigue siendo fortalecer los canales de comunicación y se espera llegar a un acuerdo consensuado.